Mi manual de Estructura Económica Española de la UNED en Elche (a la que no puedo dejar de homenajear desde estas líneas por su 40 aniversario,
cumplidos recientemente) definía como un eje de expansión económica al
“Arco Mediterráneo” con límites discutibles pero que como mínimo incluía
a Cataluña, Comunidad Valenciana y Murcia, algunos autores incluso
integraban a algunas provincias orientales de Andalucía entroncando con
la estructura industrial del norte, con Aragón, La Rioja, Navarra y el
País Vasco.
Se decía que tenía siete expresivas propiedades:
1)
Su estructura lineal en el espacio litoral con productividad en un
conjunto de ciudades cuya comunicación constituye una característica
básica del eje de desarrollo con un elevado número de núcleos
intermedios de población.
2) Una actividad agraria competitiva con capacidad exportadora.
3) Un modelo industrial basado en la iniciativa autóctona y endógena con capacidad competitiva y exportadora.
4) La inversión exterior en el tejido industrial.
5) El papel decisivo del sector turístico.
6) El dinamismo que se ha logrado en todas las vertientes productivas (agricultura, industria y servicios).
7) El “Arco Mediterráneo” se ha articulado por el desarrollo de las vías de comunicación.
¿Dónde queda el virtuosismo económico de la Comunidad Valenciana en
estos días? ¿Simplemente ha desaparecido toda esa acumulación de trabajo
en diferentes sectores? ¿Ya no somos la definición de ese eje económico
expansivo con la que nos definían? ¿Ya no merecemos un corredor
mediterráneo, o sea, unas comunicaciones exportadoras y dinámicas? Si es
así, ¿quiénes son los responsables y por qué?.
Francisco Vicente Agulló Sánchez.
Opinión Publicada en:
04-04-12 - LA VANGUARDIA05-04-12 - INFORMACION (Opinión destacada)
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