sábado, 13 de octubre de 2012

FUGA DE CAPITALES, EVASIÓN Y ANMISTÍA FALLIDA

 

Fuga, evasión y anmistía

En el último año se han fugado capitales de España por valor de unos 298.000 millones de euros. Es gracioso que se ponga en liza el verbo fugar, huir, escapar para este fenómeno pues siente uno la sensación de inminente peligro, de alguna peligrosa amenaza vital. Sin embargo, la fuga de capitales sólo la realizan personas, empresas o instituciones cuyos promotores visten traje y corbata, que precisamente no están ante ninguna situación de supervivencia. No conozco a ningún mileurista, autónomo o pequeña empresa a la que se les acusen de fuga o evasión de capitales.  La fuga de capitales no puede fundamentarse en la mera evasión fiscal. Aunque el Tratado de la CEE garantice la libre circulación de capitales también es cierto que existen determinados artículos que garantizan o proponen la reserva de la soberanía fiscal frente a la misma, incluso se llega a admitir situaciones especiales de «Estado miembro acogido a una excepción».  No es lo mismo que la fuga provenga de negocios legales que ilegales, no es lo mismo que sea de una multinacional extranjera que una empresa nacional con exclusiva operatividad en territorio español, de una gran fortuna española o de una SICAV. En todo caso habrá que mirar con lupa la legalidad de todas esas transacciones por los organismos competentes (AEAT, Banco de España, etc.). Ahora ya no existe la escusa de que el Gobernador del BdE  no colabora ni que la Agencia Tributaria obedece a otras directrices. Soy pesimista, intuyo que nos toparemos con el argumento del secreto bancario como si fuera un derecho inalienable e insalvable, y todos sabemos que es el verdadero eje sobre el que gira toda ilegalidad evasora.  Por otro lado, la amnistía fiscal que propuso el ministro Montoro ha sido el fracaso más brutal de previsión jamás realizado. Si se estimó la recaudación en 2.500 millones, sólo se han recaudado 60. Creo que alguien debería dimitir dentro del Ministerio de Hacienda, cuando no el propio Montoro, por ineficiencia y desprestigio de las cuentas que realiza y por ende de la hacienda española.  Me voy a aventurar en una apreciación personal, que comparte mucha gente, sobre la fracasada amnistía fiscal, creo que se propuso y realizó sobre la premisa de que afectaría a empresas, grandes patrimonios e instituciones muy importantes en España y que prácticamente se les suplica que hagan un acto de contrición y que confiesen que han estado evadiendo al fisco con la recompensa de que pagarán poco y que no se investigarán sus operaciones. Casi como un acto de catarsis patriótica, el resultado es bien conocido, tan exiguo como ingenua es la propuesta.  En conclusión, no hay posible negociación con los que extraen recursos del país y se los llevan fuera para único beneficio propio. Todos somos iguales ante la ley pero los muy poderosos deben ser exquisitos a la hora de cumplirlas, deben ser ejemplo y manejan cantidades ingentes de capital que sustraídas al sistema puede perturbar la estabilidad financiera y económica del país. No es momento para preservar intereses políticos partidistas, sino para impulsar el verdadero y efectivo interés general de la ciudadanía.
Francisco Vciente Agulló Sánchez

Opinión publicada en: 
13-10-12 - INFORMACION

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