jueves, 13 de diciembre de 2012

PROVEEDORES CORRUPTOS


En los innumerables casos de corrupción política que han visto la luz últimamente siempre hemos encontrado un denominador común, los proveedores corruptos, colaboradores necesarios en la trama correspondiente, aquellos que suministran bienes o servicios a costa del dinero de los ciudadanos. No hay más recordar los casos del Gürtel, Emarsa, Noos? etc, etc. En la empresa privada el empresario se cerciora de que los bienes o servicios son adecuados a su actividad, que cumplen las condiciones de calidad, precio y servicio, produciéndose un sano flujo compra-venta que constituye la verdadera base de la economía de mercado. Sin embargo en los proveedores corruptos de las administraciones públicas siempre vemos unos comportamientos ineficientes y reiterativos, o bien los bienes o servicios se facturaban a un precio desorbitado, o bien en cantidades superiores a las suministradas, o bien ni siquiera se suministraban. Desde mi punto de vista lo que puede ser realmente bochornoso, tramposo e indigno es que, en la situación actual de inmensa necesidad nacional, se esté aplicando una política de asignación de fondos con el criterio de «tapar bocas», o sea, el criterio de satisfacer a los proveedores corruptos con el ánimo de aplacar su ira o malestar por la demora en sus cobros, algo así como ceder al chantaje de los que han sido tus acólitos y que sólo tú has provocado. Todos los ciudadanos nos preguntamos dónde está el dinero de nuestros impuestos que no llegan para pagar a los farmacéuticos, la medicina, la educación ni siquiera subvencionar los comedores escolares, entre muchas otras cosas. La pregunta es irremediable: ¿Seguro que se aplica el dinero con la escala de utilidad necesaria para resolver los problemas de la población en general o por el contrario se están desviando con fines únicamente políticos cuando no corruptos? Toc? Toc? ¿Hay alguien ahí? Silencio
Francisco Vicente Agulló Sánchez

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