viernes, 9 de noviembre de 2012

OPNIONES ENVIADAS EL 09-11-12:
Voy a adelantaros las opiniones enviadas a la sección Cartas al Director que he enviado hoy:

UNO:


GENERALIZANDO Y PUNTUALIZANDO
Es frecuente que determinadas generalizaciones que se escuchan en la calle se trasladen a las aseveraciones  políticas más rotundas y viceversa. Por supuesto en ambos casos se eligen minuciosamente para reforzar el argumento que nos interesa.
Creo que la gran mayoría de españoles estamos hartos de “Es que en España vivíamos por encima de nuestras posibilidades”. Una generalización que suena a culpabilidad colectiva, como si fuera una catástrofe sobrevenida e inevitable, algo que es inherente a nuestro proceder.
Por otro lado la frase “Es que aquí hubo café para todos”, te la sueltan como una bofetada en toda la cara, como si después de su alocución ya no hubiera más argumento posible, fin de la discusión. Creo que puede ser verdad que hubo café para todos pero el verdadero problema es que hubo Don Perignon para muchos, incluso algunos se hicieron con una nutrida bodega en el sótano de su casa de España y de parte del extranjero.
Vamos a ver si nos enteramos. El café para todos fomentó el consumo y la economía, quizá pudo ayudar algo al incremento de precios. Las bodegas en España y en el extranjero mermaron los ingresos del estado y contribuyeron al actual empobrecimiento del país. A qué le dan más importancia ustedes… al café sólo o al exquisito champán francés que casi nadie a probado. O si lo prefieren, con qué nos quedamos con la anécdota o con lo realmente importante.

Francisco Vicente Agulló Sánchez

Opinión publicada en:
11-11-2012 - EL PAIS 

DOS:


No me imagino sosteniendo la pancarta de presentación en la próxima huelga general ni a Botín, ni a Rato, ni a Amancio Ortega, aunque haya donado 20 millones a Cáritas y siga tributando por la mayoría de sus beneficios en Irlanda. No me imagino en la huelga general a aquellos banqueros y altos cargos bancarios que cobraron bonus y que  cobran actualmente pensiones más que holgadas, ni a altos cargos del gobierno ni a sus asesores de confianza. No, no me los imagino en la huelga general.


A la huelga general no irán, ni los poseedores de grandes fortunas, ni los que tienen la vida resuelta por su estatus económico patrimonial, ni los “pensionistas” de alta remuneración, todos ellos exclamarán al unísono un ¡Que se Jodan! al estilo de la diputada Fabra en su escaño al aprobar la Reforma Laboral, por cierto, sigue cobrando del dinero de todos los españoles.


Nunca he sido partidario de las huelgas en general, pero a lo largo de la historia los movimientos reivindicativos han conseguido acumular numerosos derechos y mejoras en las condiciones de trabajo y otros aspectos económicos y sociales, esto es incuestionable y hay que reconocérselo. No se puede declarar una guerra sin cuartel como aquella afirmación de Esperanza Aguirre “los sindicatos caerán como cayó el muro de Berlín”.


Lo que más me molesta actualmente es que se acentúe sobre el color político de la manifestación sin reparar que el malestar de la población se ha disparado en grupos que no pueden ser tildados ni de extrema izquierda, ni de socialistas ni de derechas. Por poner algunos ejemplos: médicos, enfermeros, farmacéuticos, profesores, jueces, policías, bomberos y un largo etcétera. No quiero dejar de mencionar al grueso de los agraviados,  los mileuristas, los parados y la inmensa mayoría de pensionistas.
Tenemos un ejemplo muy reciente de la posible consecución de algo (aún no se sabe qué) con las movilizaciones de Stop Desahucios que algunos calificaron como perroflautas, extremistas de izquierdas y violentos fuera de la ley. Por cierto una ley que la justicia europea acaba de declarar que cree que es ilegal.
Por tanto creo que, quitando el matiz del respaldo de las centrales sindicales que son verdaderos soportes organizativos, la huelga general está más que justificada aunque muchos no la secundarán precisamente por la Reforma Laboral y la crisis económica actual. No me vale el argumento de Rajoy de que la mayoría silenciosa está conmigo.

TRES:


NEPOTISMO EN LAS MÁS ALTAS ESFERAS
Hace días opinaba que la alcaldesa Ana Botella debía ser contundente en las responsabilidades del caso Madrid Arena dándole la oportunidad de realizar la criba necesaria de responsabilidades políticas. Todo esto era hace la “friolera” de cinco días y sin entrar en la variable que más podía perjudicar al Ayuntamiento de Madrid desde el punto de vista penal, o sea, el aforo desmedido de asistentes en el local. En este escueto espacio de tiempo se han sucedido los hechos vertiginosamente, la policía manifiesta que el aforo estaba más que suficientemente sobrepasado, la empresa adjudicataria del evento contrató y pagó por un aforo de 5.000 personas, la alcaldesa que estaba de viaje el día anterior a los hechos se va de spa un día después con sus conciudadanas en lecho de muerte si no enterradas, la seguridad estaba en manos de indeseables sin licencia, la seguridad pública era insuficiente… etc. Opinaba, como decía, que para una actuación modélica, como mínimo, se debiera haber cesado fulminantemente al responsable directo del MEC (Madrid Espacios y Congresos), al concejal con poderes para supervisar y contratar en dicha instalación pública y quizá al vicealcalde por intentar defender al contratista en contra de los intereses del pueblo madrileño al que se supone que representa con argumentos inapropiados, falaces y torticeros. A día de hoy creo que la alcaldesa de Madrid debe dimitir simple y llanamente, creo que está claro que ocupa ese puesto por puro enchufe de su marido y lo que representa.


 

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