¿ALGUIEN DIMITIRÁ EN EL AYUNTAMIENTO DE MADRID?
Ya les puedo aventurar que
NO, pero sin entrar en el tema del aforo o de las puertas de emergencia
selladas, sin duda temas muy importantes, creo que con los “argumentos menores”
que voy a exponer a continuación se dan las suficientes circunstancias como
para que dimita algún cargo de confianza, un concejal o quizá el vicealcalde de
Madrid.
¿Quién es el responsable de
contratar a una empresa en la que concurren la siguientes circunstancias? Una
empresa que debe en la actualidad 26.000 euros a la Seguridad Social Española,
con un historial de 41 notificaciones de impago y 6 embargos realizados. Una
empresa que contrata a un equipo médico con un antiguo Concejal de Salud de
Madrid jubilado de 70 años y a su hijo que es actual trabajador del
ayuntamiento. Uno cobra ya su pensión, que me imagino no será de 600 euros al
mes, y otro se supone que tiene contrato a tiempo completo. ¿No hay suficientes
médicos en paro en la Comunidad de Madrid como para contratar a dos que realmente
les haga falta el trabajo? Sólo hay que
recordar el masivo despido de interinos que se ha producido por los recientes
recortes en sanidad. Una empresa que contrata un servicio de seguridad que no
tiene la licencia para ejercer en dichos asuntos, incluso que su objeto social
es la promoción de eventos.
En este caso hay pérdidas
irreparables, vidas humanas, sin entrar en las evidentes y elevadas
probabilidades de que se hubiera producido una tragedia de proporciones
mayúsculas. Las familias afectadas no pueden contemplar otra situación más
trágica que la actual.
La respuesta de los
políticos es cuanto menos oscura si no indigna: El Vicealcalde de Madrid,
atención, “defiende” a la empresa contratista con argumentos mentirosos como
que la contrata y los permisos están todos en regla cuando se incumple
clamorosamente la Ley de Contratos del Sector Público. Y luego explica que no
se puede aplicar la ley anterior porque la empresa Madrid Espacios y Congresos
que adjudicó el contrato se rige por el derecho privado. O sea, una empresa
pública con el dinero de los madrileños y que hace un evento en una
infraestructura pública, no se somete a la ley mencionada. Es algo así como,
dame el dinero que yo luego hago lo que quiero. Desde mi punto de vista existen
suficientes elementos objetivos y subjetivos como para depurar
responsabilidades políticas ¿o no?
Francisco Vicente Agulló Sánchez
Opinión Publicada en:
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