Tétricas comunicaciones bancarias
27.10.2012 -
FRANCISCO VICENTE AGULLÓ
ELCHE
Puede tu
banco o entidad financiera amargarte un día, una semana, un mes con una simple
comunicación bancaria? La respuesta es indudable en los tiempos que corren, SÍ.
Recibes lo que parece una inocua carta con lo que crees que son conocidos
movimientos de tu cuenta y al abrirla
¡Sorpresa!
te encuentras con documentos casi ininteligibles, de aspecto amenazador pero
con el logo, color y forma de tu banco habitual, incluso aprovechan para hacer
publicidad de lo estupendos que son.
Te pones a
leer con la máxima atención, pero no te enteras de nada, al final piensas que
el eufemismo refinado no es exclusivo de los políticos sino también de los
banqueros puesto que esto no te lo ha enviado Pepe tu director de oficina, son
diseños estándar y con reproducciones masivas.
Cuando el
que lo recibe entiende de operaciones bancarias, al leerlo se encuentra con una
subida de comisiones sobre la simple custodia de tu dinero, que es la base de
su negocio, sobre las operaciones que más habitualmente se realizan o sobre el
trabajo que realizas por ellos desde tu casa vía internet. La indignación sobre
la explotación a la que te encuentras sometido es insoportable. Es para
quemarse en las llamas del Infierno Eterno cuando comienzas a recibir las
mismas cartas tétricas y en casi idénticas condiciones de los demás grandes
bancos y entidades.
La falacia,
prepotencia y estafa masiva se hace sin ningún tipo de rubor en la más completa
indefensión para el afectado pues el amparo que les dan las instituciones
gubernamentales por su inoperancia, ineficiencia u omisión interesada, que no
por la falta de legislación, es evidente. Jamás he visto, con mi dilatada
experiencia, que una entidad financiera te comunicara una bajada significativa
de emolumentos a su favor.
Los
afectados pensamos con resignación que nos han quitado 10-50-100 euros al año
(según le afecte a familias, pequeños o medianos operadores, pero el banco
piensa hemos ganado 100-500-1.000 millones por nuestra iniciativa empresarial.
Seguramente, algunos se llevarán una bonificación por sus ideas emprendedoras.
Al final
hemos mejorado, hace unos pocos años ni siquiera había comunicaciones. Un día
cualquiera te acercabas a tu oficina y al poner al día tu cuenta veías
estupefacto que te había robado pequeñas cantidades con los más inauditos
conceptos, si no te habían dejado la cuenta en negativo y su impunidad se
convertía en efervescente lujuria de intereses leoninos.
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